De la mano de la discusión de las leyes secundarias referentes al sector energético, además de la narrativa oficial sobre la suficiencia energética que debe lograr México en suplementos de canasta básica y en energéticos, es conveniente revisar qué es lo que implicaría para el sector offshore en el país derivado de esta coyuntura.
Vale la pena recordar que la reforma energética de 2013 abrió el sector energético mexicano a la inversión privada, permitiendo a empresas nacionales y extranjeras participar en actividades de exploración y producción. Sin embargo, la administración actual ha mostrado una tendencia hacia la consolidación del control estatal sobre el sector energético, a través de las reformas en materia secundaria y el Plan Nacional de Energía, con enfoque en hidrocarburos, así como el Plan México, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de la inversión privada en el sector energético.
En este punto, vale la pena preguntarse ¿Tiene Pemex la capacidad de llevar a cabo nuevos proyectos? En 2025, el presupuesto asignado a la petrolera ahora denominada empresa pública del estado ha sido objeto de ajustes significativos. Según informes recientes, la petrolera estatal enfrentará un recorte presupuestario del 7.5% en comparación con el año anterior, con una asignación de 464,255 millones de pesos. Este ajuste presupuestario se produce en un contexto de objetivos de producción ambiciosos, con una meta establecida de 1.89 millones de barriles diarios.
La reducción en el presupuesto plantea desafíos para Pemex, especialmente en términos de inversión en nuevos proyectos de exploración y producción. La empresa también enfrenta obligaciones financieras significativas, con una deuda que supera los 97,000 millones de dólares y compromisos de pago de 9,000 millones de dólares en 2025.
Estas restricciones financieras limitan la capacidad de Pemex para emprender proyectos offshore de manera independiente, lo que podría abrir oportunidades para la colaboración con el sector privado. La actual administración ha mencionado que si se tiene contemplado realizar proyectos de la mano con empresas privadas, pero siempre y cuando se mantenga la participación mayoritaria del Estado en un 54%.
No obstante, hasta la fecha, no se han anunciado oficialmente nuevos proyectos offshore. La concreción de estos proyectos dependerá de diversos factores, incluyendo la estabilidad del marco legal, la disponibilidad de financiamiento y la capacidad de Pemex para asociarse con el sector privado. Además, la infraestructura necesaria para el desarrollo de proyectos offshore, como plataformas y sistemas de transporte, requiere inversiones sustanciales y planificación a largo plazo.
En Enicon confiamos en que la colaboración entre el sector privado y público para lograr la autosuficiencia energética se realizará apegada a la legalidad y con buenas oportunidades para los involucrados. Estaremos dispuestos a seguir contribuyendo en el sector energético para entregar resultados positivos a nuestros clientes y a la población en general.